A día de hoy no sé si podemos llamarlo la consecución de un sueño o el hecho de haberle dado más ilusión a aquello con lo que uno sueña desde hace mucho tiempo, pero a buen seguro que ha sido una inyección de moral, ilusión, ganas y un cúmulo de emociones muy especiales, al menos para mí sería algo parecido a todo esto.
Ayer, día de la Igualá de la Virgen de las Aguas, alguno que otro seguro que sintió algo parecido cuando, una vez igualao, José Manuel de Valenzuela (capataz de la Virgen) llamó al listero y comenzó a pronunciar uno por uno los apellidos de los hombres que tendrán la enorme suerte de pasear este año a la Virgen de las Aguas por las calles de Sevilla. Es un momento que cada uno lo vive a su manera y que para muchos será un momento inolvidable, para algunos fue simplemente volver a igualar otro año para seguir ahí abajo, para otros fue un intento con la mayor de las esperanzas que deberá esperar para otro año y para otros supuse que fue un momento indescriptible cuando se vieron dentro de la cuadrilla de la Virgen de las Aguas.
Ni que decir tiene que aún queda un largo camino hasta que llegue el deseado Lunes Santo pero antes será tiempo de ensayos, tiempo de preparación y de larga espera y, sobretodo, tiempo de hacer unidad como dijo ayer José Manuel de Valenzuela, con una cuadrilla unida se lleva un paso a Cuenca, pero con una cuadrilla donde no haya unidad, queda la duda de que se llegue a la Campana.
La consecución de ese sueño llegará el Lunes Santo cuando la Virgen de las Aguas esté en la calle, cuando llegue a la clásica revirá hacia Hernando Colón, cada vez que suene "Virgen de las Aguas" o cuando en su recogida sean palpables multitud de sentimientos. Queda un largo camino de trabajo, disfrute y de hermandad.
De corazón espero que sea el primero de muchos años ahí abajo, de muchos años de disfrute, de muchos ratitos de hermandad y de amigos. ¡A volá!A mi amigo Juan Galiana.
Pablo Sagrista.
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