Titulaba la entrada anterior que lo mejor siempre son los amigos, ¡qué verdad más grande!. Después de un domingo con dos Funciones Principales, una la de mi hermandad (El Nazareno) y otra la Función de Los Judíos, a uno le queda esa sensación. Entre los ratos de hermandad vividos hoy, el celebrar los cultos con tus titulares y, sobre todo, estar siempre rodeado de buenas personas, al fin y al cabo no tiene más remedio que quedar esa sensación. Sensación que uno palpa en pequeños detalles, el hecho de que alguien se acuerde de ti cuando necesita un acólito basta para estar agradecido.
Esta entrada es breve, alomejor algo personal, pero creo que todos nos sentimos un poco indentificados con el hecho de que lo más grande de este mundo, aparte de hacer lo que más nos gusta, es estar rodeado de gente buena de verdad, de la cual podemos disfrutar todo el año, hablemos de la Cuaresma, de las Navidades o de un simple mes de noviembre.
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